La verdad es que a la hora de darle nombre a esta entrada he dudado, ya que desde niña a estos conos los denominábamos petisus, pero hoy en día no encuentro ninguna referencia en internet llamándolos así. En todas las pastelerías de la Isla se vendían, incluso a granel y eran una delicia, con un relleno de crema muy fina, brillante y con un tono más oscuro que la crema pastelera tradicional.
He preguntado a distintas personas de mi entorno, tanto familia, amigos, como trabajo y todos han coincidido en que son petisus y así los voy a denominar, me niego a cambiarles el nombre.
Desde niña, mientras miraba con los ojos como platos el surtido de dulces que había en las dulcerías detrás de aquellas cristaleras, este era uno de mis preferidos a la hora de elegir, por lo que no entiendo cómo no los había hecho antes, a lo mejor porque son una tontería de lo fáciles que son, pero aún así, después de tener arrinconados los conos de aluminio en un armario casi un año, por fin me he animado a hacerlos para subirlos al blog.
Supongo que el origen del nombre viene de la masa choux, pero como verán estos conos de hojaldre y crema no tienen nada que ver con los pasteles de este nombre de origen francés.
Aunque vean mucha parrafada, son muy fáciles de preparar. Los hice pequeñitos, ideales para tomar casi de un bocado con el café, pero si cortan la masa de hojaldre a lo largo en lugar de a lo ancho salen más grandes.
La crema pastelera la hago desde hace tiempo como la de Frabisa, es deliciosa y se hace en un momento.
Ingredientes para 12 petisus:
- 1 lámina de hojaldre
- Crema Pastelera
- Azúcar glass para espolvorear
Ingredientes para la crema pastelera enriquecida:
- 400 gr de leche
- 170 gr de nata
- 130 gr de azúcar
- 1 vaina de vainilla
- 4 yemas de huevos (L)
- 50 gr de maizena
Empezamos preparando la crema pastelera. Para esta cantidad de petisus pueden hacer la mitad de las cantidades indicadas, pero a mí me gusta que sobre para otras recetas. Se conserva bien varios días en la nevera. Como debe estar fría para rellenar puedes tenerla preparada desde el día anterior.
Reservamos medio vaso de leche y ponemos el resto de la leche en un caldero o cazo grande, junto con la nata y la vaina de vainilla abierta por la mitad, a fuego medio.
Antes de que hierva, añadir el azúcar, remover y mantener a fuego bajo sin que llegue a hervir.
Ponemos en un cuenco grande la leche que teníamos reservada, agregamos la maizena y batimos con unas varillas de mano hasta que la maizena se disuelva por completo. Añadimos las yemas y volvemos a batir.
Retiramos la vaina de vainilla del caldero o cazo. Sin dejar de batir la mezcla de leche y huevos, agregamos un poco de la mezcla de leche, nata y azúcar que tenemos caliente. Luego, pasamos esta mezcla nuevamente al caldero sin dejar de batir. Así no se cortarán las yemas de huevo.
Subimos un punto el fuego y llevamos a ebullición sin dejar de remover. Una vez ha hervido y haya espesado, retiramos del fuego y colamos sobre un cuenco grande. Así quedarán atrás posibles grumos o piel de la vainilla. La tapamos con film transparente, de modo que el film esté pegado a la crema, para evitar que se forme costra. Dejamos enfriar a temperatura ambiente y una vez fría la ponemos en la nevera hasta el momento de usar.
Tal y como indica Frabisa en su receta, si no quieres hacer la crema pastelera enriquecida, sólo tienes que sustituir la nata por leche.
Precalentamos el horno a 180º.
Desplegamos la lámina de hojaldre manteniendo debajo el papel que trae. Cortamos tiras de aproximadamente 2 cm. Antes de cortar, medir todo el largo/ancho de la masa para que las tiras sean todas mas o menos proporcionadas.
Poner un poco de aceite en las manos y engrasar con ellas los conos, así se desmoldan mejor.
Con los conos metálicos ya preparados, ir enrollando cada tira de masa en el cono, empezando por abajo e ir ascendiendo montando un poco la masa hasta llegar al final, de forma que queden como un cucurucho. Colocar en una bandeja con papel sulfurizado, pintar con huevo batido y hornear durante 15-20 minutos, aproximadamente, en la posición central del horno. La primera vez que los hagan es mejor vigilarlos constantemente para que se doren sin quemarse, ya que cada horno es un mundo y a lo mejor en unos con 10 minutos es suficiente y en otros se lleva los 20 minutos, en cualquiera de los casos, hornear hasta que tomar un color dorado.
Una vez horneados, desmoldar y dejar enfriar sobre una rejilla.
Poner la crema pastelera en una manga, con boquilla o sin ella, como más les guste y rellenar.
Servir espolvoreados con azúcar glass.
Son deliciosos, muy crujientes y delicados, si me descuido los como de dos en dos!!
Que los disfruten!!!
