Cómo me ha gustado esta mermelada, el toque que aporta el ruibarbo es una delicia y sumado a los frutos rojos resulta una mermelada exquisita. Ya he preparado anteriormente una compota con ruibarbo y fresas que quedó riquísima y resulta ideal como acompañamiento de cualquier postre.
Según Wikipedia, el ruibarbo proviene de China y fue introducido en Europa en el siglo XIV por la ruta de la seda a través de puertos como Alepo y Esmirna. Más tarde llegó al continente a través de nuevas rutas marítimas y también por vía terrestre cruzando Rusia.
Puede alcanzar los tres metros de altura y consta de grandes hojas con peciolos gruesos cuyo grosor oscila entre 2 y 5 centímetros. El color del peciolo varía entre el verde y el rojo y es la única parte comestible ya que sus hojas son tóxicas. Su tallo subterráneo es un rizoma que le sirve para almacenar nutrientes durante el invierno.
El ruibarbo es la planta comestible con mayor concentración de ácido oxálico, superando a la espinaca, pero la mayor parte de este ácido se encuentra en las hojas que como ya dije anteriormente no son comestibles. El peciolo también contiene ácido oxálico, pero en menor medida.
Esta planta se utiliza en la medicina tradicional china para tratar distintas enfermedades o trastornos debido a sus propiedades refrigerantes y su tropismo hacia los intestinos.
El tallo del ruibarbo se puede consumir crudo, en ensaladas o cocido, en forma de compota, mermelada o como relleno de pasteles o empanadas. Aunque botánicamente es una verdura, desde 1947 está considerado como una fruta porque principalmente se utiliza en repostería.
El ruibarbo es rico en Vitaminas A, C, B1, B2, B3, potasio, fósforo y calcio.
Estas ramas de ruibarbo que he utilizado las tenía congeladas, me las traje de algún viaje a Madrid, porque aquí resulta imposible conseguirlo. Congela muy bien así que si lo consigues guárdate para otras ocasiones.
El sabor del ruibarbo es difícil de describir. Me gusta combinarlo con fresas o frutos rojos porque es muy ácido para tomarlo solo. Tiene un toque metálico y un cierto regusto dulce. La fibra que contiene está considerada muy saludable.
¡¡Me dejo de más preámbulos y vamos con la receta!!
Ingredientes:
- 1/2 kg de ruibarbo
- 250 g de arándanos
- 250 g de frambuesas
- 500 g de azúcar
- El zumo de un limón
Comenzamos cortando las hojas y el tallo final del ruibarbo. Lo lavamos y troceamos en trocitos pequeños.
Ponemos el ruibarbo, los arándanos y las frambuesas en un caldero alto. Agregamos el azúcar y el zumo de limón. Removemos y dejamos reposar 1 hora.Una vez pasada la hora de reposo, ponemos el caldero a fuego alto. Cuando comience a hervir retiramos la espuma que se pueda generar. Bajamos el fuego al 3 de 9 y dejamos cocer durante unos 45 minutos tapada, removemos de vez en cuando. Para saber el punto de cocción hacemos una línea con una cuchara por el fondo del caldero, si vemos que se separa ya está lista. Hay que tener en cuenta que una vez enfríe espesará.
Trituramos la mermelada, vertemos en los botes esterilizados hasta el borde y tapamos. Limpiar con una servilleta húmeda todos los bordes antes de tapar los botes.
Para hacer el vacío hay varios métodos. En esta entrada del blog puedes ver cómo se esteriliza de la manera tradicional y también consejos para hacer una rica mermelada libre de riesgos.
Para conservar la mermelada es importante que los botes estén en un lugar fresco, seco y oscuro. Una vez abiertos conservar en la nevera.
Es una auténtica maravilla, absolutamente recomendable.
¡¡A disfrutarla!!
Qué pinta tan maravillosa, seguro que ese color dice mucho del sabor que tendrá. Un beso
ResponderEliminarSiii, el color de los frutos rojos es una pasada y el sabor es maravilloso.
EliminarGracias por la visita
Besos
Pero que estupenda mermeleda :-)))
ResponderEliminarUna delicia, te la recomiendo
EliminarBesos