29
abr
2013

Pastas de vino de la Tía Alia

Otro mes que se me pasa volando!! ¿¿Las pasa a ustedes igual?? ¿¿Se les están pasando los días, las semanas y los años tan rápido como a mí??
Ya me dirán, porque yo no doy a basto, parece que los días tienen menos horas.
Cambiando de tema, vamos a por las propuestas que nos trae Carmen este mes, como siempre una dulce y otra salada. ¡¡El reto de Tía Alia está servido!!!
Supongo que les sorprenderá que me haya inclinado por la dulce, pero ayer me levanté con ánimos de experimentar con esta masa!!!
De entrada parecía no tener mucha complicación y ahí que me lié la manta a la cabeza y me dije que tenía que intentarlo, tampoco pasaba nada si no salían a la primera...
Cuanto me equivocaba al creerme que la cosa pintaba fácil!!!
Ya con las manos en la masa, la cosa se complicaba porque ¿cuánta harina admite? A ojo, intenté que fuera una masa que no se me pegara a las manos y que pudiese amasar con el rodillo.
Hice varias pruebas, dividí la masa en 3 porciones y a cada una de ellas le di un tratamiento diferente. Una la dejé reposando sobre la encimera, otra la cubrí con film y la tuve media hora en la nevera y la tercera la amasé sobre la marcha (añadiendo harina a la encimera) y les di forma con los cortadores.
Lo primero que observé es que una vez cortadas, las formas se retraían quedando las pastas pequeñitas, no sé si era cuestión de reposo o exceso de harina, en la receta no especificaba nada, también supuse que no era una masa que había que amasar, así que las horneé y me parecieron un poco crudas en el interior.
En el segundo intento, probé con la masa que dejé reposando en la encimera, una vez cortadas las puse en la bandeja y las metí en la nevera media hora a ver si no se deformaban, pero al hornearlas se inflaban y quedaban huecas en el interior.
Así que en el tercer intento, usé la masa que estaba refrigerada, las estiré más finas y usé un cortador más grande, las puse en la bandeja y las refrigeré otros 15 minutos. También quedaron algunas huecas en el interior, pero estas últimas fueron las mejores.
Sin más vamos con la receta, que, como comprobarán, esta vez he sido fiel a la de la Tía Alia.
Ingredientes:
  • 1 vaso* de aceite de oliva
  • 2 vasos de vino moscatel
  • 8 vasos de harina 
*La medida de mi vaso es un vaso pequeño, con una capacidad aproximada de 100 gr, así y todo salió una buena cantidad de masa. Mi consejo es que empiecen con menos.
Echar en un bol el aceite y el vino, a continuación agregar la harina poco a poco, dependerá de cada harina que necesite más o menos. Al principio removemos con una cuchara de madera y luego ya metemos las manos y mientras mezclamos suavemente, seguimos agregando harina, hasta que notemos cómo la masa se va separando del bol y va siendo más manejable. No es conveniente añadir más harina de la necesaria, porque quedarán unas pastas muy duras. Yo necesité ocho vasos para conseguir una masa que se pudiera trabajar y amasar con el rodillo.
Al ser una masa aceitosa, no necesitaremos añadir excesiva harina en la encimera, sólo un poquito o bien colocar la masa entre papel de hornear. Amasamos con el rodillo hasta dejar la masa de 0'50 cm aproximadamente y con unos cortadores vamos dando las formas que más nos gusten. Yo hice unas pequeñitas para poner en el borde de la taza.
Pasamos a una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado y hornearemos a 170º durante aproximadamente 12-15 minutos o hasta que veamos que están doradas.
Pasamos a una rejilla y una vez frías espolvoreamos con azúcar glass.
Observaciones y conclusiones:
  • Precaución con la harina que echemos en la encimera porque hará que la masa se endurezca.
  • A mi parecer resultan un poco sosas y no estaría mal añadir un poco de azúcar.
  • Las pastas ya formadas, antes de hornear, son bastante blandas y se deforman al pasarlas a la bandeja.
  • Creo que fue un acierto refrigerarlas en la bandeja antes de hornear.
  • Cada horno es un mundo, pero a mucha temperatura se doran muy pronto y se quedan crudas en el interior.
  • La masa una vez cortada no se expande en el horno, por lo que no se pegan unas a otras.
Después de este resumen, sabrán por qué normalmente prefiero los retos salados, así y todo lo he pasado bien, que es de lo que se trata.
No son las pastas que más han gustado en casa, pero las hemos disfrutado mojando en el café.
¿Ahora me acompañan a ver la experiencia de mis compañer@s? Espero que no hayan tenido tantas dificultes como yo!!!
Que las disfruten!!!

22
abr
2013

Bagels

Vuelvo encantada al reto de Bake the world!! Muchos motivos me han tenido apartada de este grupo panarra y ya tenía muchas ganas de participar, sobre todo con esta propuesta que no había probado nunca!!!
Este mes toca bagel o beigel (en Yiddish בײגל beygl), un pan elaborado tradicionalmente con harina de trigo, sal, agua y levadura y que suelen tener un agujero en el centro.
Antes de ser horneados se cocinan en agua brevemente, dando como resultado un pan denso con una cubierta exterior ligeramente crujiente. Hay variantes de esta receta básica a las que se añade un toque dulce al bagel durante la elaboración, como malta, azúcar o miel.
La masa a menudo se saborea con diferentes productos como sal, cebolla, ajo, huevo, centeno...
Pueden estar cubiertos de semillas de sésamo, adormidera, cebollas, ajos secos, sal gruesa o de todo al mismo tiempo "everytihing bagels", bagels con todo!!!
Aunque provienen de Cracovia, son los judíos los que le dan la popularidad en Inglaterra y con la inmigración llegan a Estados Unidos, donde se convierten en una auténtica tradición, los más conocidos son los bagels de Montreal y Nueva York.
Pueden comerse solos o como un bocadillo, admitiendo cualquier relleno, el más clásico es el que va untado con queso crema y lonchas de salmón ahumado. 
Como imaginarán yo no los podía servir así, porque puedo morir en el intento, por lo que ayer me he desayunado un estupendo bagel relleno de mermelada de fresa casera, acompañado de un café.
¡¡¡A este paso terminaré cultivando café para que todo sea casero!!!
Para llevar a cabo la receta me guié por la receta de Hilmar, del blog Mis recetas favoritas, están tan bien explicados y con un paso a paso tan estupendo que es difícil que salgan mal, sobre todo para aquellas personas que como yo es la primera vez que los hacen y ya les digo que no será la última.
He partido de esta receta por ser la más tradicional, pero estoy segura que experimentaré con otras variantes. No he podido resistirme a cubrirlos con semillas variadas, me encantan!!!
Son sencillos, no tienen procesos largos de reposo, que más esperan para animarse??
Vamos con la receta!!!

Ingredientes para 12 bagels:
  • 360 gr de harina común
  • 150 gr de harina leudante
  • 30 gr de azúcar
  • 7 gr sal
  • 5 gr levadura seca (15 gr levadura fresca)
  • 20 gr de mantequilla a temperatura ambiente
  • 300 gr de agua
Para hervir los bagels:
  • 1500 gr agua
  • 50 gr azúcar
Para decorar:
  • Semillas al gusto (amapola, sésamo blanco, lino, etc)
Ponemos todos los ingredientes, menos la mantequilla, en el bol de la amasadora, con el gancho (yo usé la kitchenaid). Mezclamos a velocidad baja durante 3 o 4 minutos.
Incorporamos la mantequilla y seguimos mezclando a velocidad baja durante dos minutos más.
Subimos la velocidad y amasamos durante cuatro o cinco minutos, hasta que la masa esté suave y elástica.
Sacamos la masa e introducimos en un bol engrasado. Tapamos y dejamos fermentar durante aproximadamente 30 minutos (la temperatura ideal son 28º).
Pasado este tiempo la ponemos sobre la mesa ligeramente espolvoreada de harina (mejor harina panadera o de fuerza). La dividimos en porciones de 90 gr.
Boleamos y colocamos sobre una bandeja. Tapamos y dejamos fermentar durante aproximadamente 15-20 minutos.
Formado: Sobre la mesa ligeramente enharinada, ponemos las bolas y las aplastamos un poco para sacar el aire. Doblamos la mitad hacia el centro, damos la vuelta y doblamos la otra mitad hacia el centro, de manera que se encuentren, doblamos sobre sí, sellamos la orilla y procedemos a amasar ligeramente con ambas manos dándole forma alargada hasta que alcance aproximadamente los 13 cm. Hacemos este paso sin aplicar fuerza sobre la masa, vamos alargando suavemente.
Con el rodillo aplanamos un extremo, aproximadamente 2 cm, traemos el otro extremo y colocamos en el centro y cerramos sellando los bordes. Esta será la parte inferior de los bagels.
Colocamos los bagels formados sobre la mesa enharinada con harina suficiente para que no se peguen al levantarlos más tarde y por el orden de formado, dejamos reposar durante aproximadamente 30 minutos. Hay que contar el tiempo que se tarda en hacer el formado, el primer bagel que hemos formado habrá levado cuando hayamos terminado de formar el último. Es importante no dejar levar en exceso porque perderán el aire y al cocerlos quedarán planos.
Precalentamos el horno a 230º.
En este momento preparamos la olla con el agua y el azúcar. La encendemos en el momento que los bagels lleven la mitad del tiempo de fermentación y llevamos a ebullición.
Preparamos un plato con semillas variadas.
Colocamos papel sulfurizado en la bandeja del horno.
Con mucho cuidado levantamos cada bagel, en el orden que los formamos y metemos de uno en uno en el agua azucarada que está hirviendo, cocinar de 15 a 20 segundos por cada lado, con una espumadera lo sacamos y dejamos escurrir un poco, a continuación ponemos una de las caras del bagel sobre las semillas y a continuación los pasamos a la bandeja del horno, dejando un poco de separación entre ellos.
Hornear durante aproximadamente 15 minutos o hasta que veamos que están dorados.
Colocar sobre una rejilla y dejar enfriar.
Ya sólo queda degustarlos como más les guste, para mí con un poco de mermelada han resultado perfectos!!!
Que los disfruten!!!

17
abr
2013

Ganache clásica

Estoy enganchada a los libros de cocina, me encanta hojearlos y marcar con post-it aquellas recetas que me vuelven loca. Otra cosa es que luego no tenga tanto tiempo para ponerlas en práctica, pero poco a poco irán viendo la luz.

Es el caso de esta ganache, del libro de Julie Andrieu, "Chocolate", me enamoré al verla y llevaba tiempo queriendo prepararla.

Es perfecta tanto para decorar como para rellenar. Se me ocurren muchas recetas con ella, desde cubrir un bizcocho, rellenar tartas, hojaldre, etc. y lo mejor es que se conserva bien en la nevera, así que la pueden reutilizar con lo que se les ocurra. Se solidifica al enfriar, pero sólo hay que darle un golpe de calor en el microondas o calentarla al baño maría para que vuelva a tener la consistencia adecuada.

La utilicé para bañar este brownie, también de este libro, que hice para un encargo y con la que me sobró rellené hojaldre. La utilicé solidificada y en el horno se derritió, una delicia como les digo.

Si buscan de donde proviene la ganache, comprobarán que como muchas recetas es fruto de una equivocación. En este caso de un aprendiz pastelero. Echó por error nata caliente en un chocolate y su maestro le trató de "ganache", que significa "tonto/incompetente", en francés. El resultado se aprovechó con éxito y conservó este nombre. Es curioso de dónde provienen el nombre de muchas recetas, yo desde luego desconocía el origen de ésta.
La ganache es una preparación a base de chocolate y nata caliente (o crème fraîche) y se emplea en recubrimientos de bombones, tartas, pastas de te o como relleno. Puede ser más o menos oscura, blanda o consistente, dependiendo de la proporción de chocolate y nata que se emplee en su elaboración.

Se puede hacer con chocolate blanco y aromatizar con vainilla, moka, licores o especias.

Después de esta charla, vamos a ver cómo se prepara, es muy sencilla y les animo a comprobarlo.

Con estas cantidades da para bastante, como les dije anteriormente, me dio para cubrir el brownie y aún sobró bastante. Pueden hacer la mitad o conservarla en la nevera como yo, lo que prefieran, lo que está claro es que le darán buena salida.

¡¡Ya verán que es más larga la entrada que lo que se tarda en hacerla!!

Ingredientes:
  • 300 gr de chocolate negro (al menos que tenga un 70% de cacao)
  • 200 gr de nata (35% materia grasa)
  • 30 gr de mantequilla sin sal
Colocamos la nata en un cazo y llevamos a ebullición. Apartamos del fuego y añadimos el chocolate,  que habremos troceado previamente o chocolate en pepitas. Mezclar hasta obtener una pasta homogénea e incorporar la mantequilla. Seguimos batiendo hasta que esté integrada, quedará bien brillante y ya está lista para utilizar.
Puedes añadir a la nata hirviendo 1/2 cucharadita de canela en polvo, 1 cucharada sopera de agua de azahar o algún licor, lo dejo a tu gusto.

¡¡Les advierto que si meten la cuchara para probarla, puede ser más de una la que acabe en el estómago, porque está tan rica que se toma sola!!

¡¡¡Que la disfruten!!!
12
abr
2013

Pescado en escabeche

Hoy les traigo otra receta tradicional, de las de toda la vida, de esas que cuando las comes te recuerdan a casa,  a mi madre. Al igual que el atún en adobo, este pescado en escabeche es un manjar al que nadie se resistía en casa, el cual acompañábamos normalmente de unas papas sancochadas.

Cuando estuve en Tenerife hace cosa de un mes, me suministré en el mercado de varios tipos de papas, entre ellas, estas que le llaman bonitas, con un interior rosado que debe ser por lo que reciben este nombre, ya que son preciosas.

Este escabeche es muy distinto al que he visto en otros recetarios, no sé si es como el patio de mi casa, que es particular o es común a todo el territorio nacional.

Yo les dejo mi versión y ya me contarán cómo lo hacen ustedes!!

Vamos con la receta, que es muy sencilla de preparar!!

Ingredientes:
  • 1/2 kg de pescado en tacos (el que más les guste)
  • Sal
  • Pimienta negra recién molida
  • Harina
  • Aceite de oliva
  • 1 cebolla
  • 3 dientes de ajo
  • Vino blanco
Para el escabeche:
  • 3 dientes de ajo
  • Una pizca de sal gruesa
  • 25 ml de vinagre
  • 75 ml de aceite
  • 1 cucharada de pimentón dulce
  • 1 cucharadita de comino en grano
Comenzamos preparando el pescado. Pueden utilizar el que quieran, pero es preferible que sea un pescado que no se deshaga mucho, yo utilicé corvina. Si nos lo han cortado en tacos, comprobar que todos son más o menos del mismo tamaño e igualar si es necesario. En caso contrario los cortamos nosotros. Salpimentamos, pasamos por harina, doramos ligeramente y reservamos.

Para hacer el escabeche, machacamos los dientes de ajo sin la simiente en un mortero con un poco de sal gruesa, ya saben, para que no salgan volando los dientes de ajo. Agregamos los cominos y seguimos machacando un poco más. A continuación agregamos el pimentón y mezclamos. Añadimos el vinagre y el aceite, mezclamos bien y reservamos. La proporción será una de vinagre por tres de aceite.

En un caldero plano, pochamos la cebolla y los dientes de ajo con un poco de aceite, a fuego medio, con cuidado que no se quemen y cuando estén doraditos, añadimos el pescado y rehogamos. Agregamos nuestro escabeche, el vino blanco, le damos un hervor y cocinamos a fuego bajo. Rectificar de sal si fuese necesario. No lleva mucho tiempo ya que lo hemos dorado previamente. Este plato es mejor incluso de un día para otro.

Servir acompañado de unas papas sancochadas (guisadas) o unas papas arrugadas.

Que lo disfruten!!!
05
abr
2013

Bundt cake de vainilla bourbon

Cuanto tiempo que no publicaba un bundt!! No por falta de ganas, sino porque si los hago no puedo evitar comerlos y qué peligro tienen!! Se habrán dado cuenta que últimamente hay pocas recetas dulces, por eso de que el verano lo tenemos a la vuelta de la esquina, pero de vez en cuando hay que darse un capricho.

A mí me gustan todos, no lo puedo remediar, pero en casa el preferido es el de chocolate que ya está publicado, así que desde que vi éste en el blog de Paula, Con las zarpas en la masa, los ojos me hicieron chiribitas porque adoro la vainilla, lo dejé pasar un tiempo, pero ya no pude resistirme más y el pasado fin de semana cayó en mis manos!!!
El sabor de la vainilla es espectacular, sobre todo si utilizan vainilla de calidad. Merece la pena invertir en ella, el resultado es increíble.

Si todavía no han usado la pasta de vainilla, se las recomiendo; ésta en concreto es impresionante, una pasta densa, con un sabor intenso al ser concentrada y hecha a partir del extracto puro de vainilla Bourbon de Madagascar y semillas reales de vaina de vainilla, con esos puntitos negros tan atractivos... ¡¡¡Una maravilla!!!

Que conste que no es por hacerles publicidad, pero si algo es bueno hay que darlo a conocer y lo que a mí me encanta me gusta compartirlo.
Sin más preámbulos, vamos a ver qué necesitamos para hacer este maravilloso bundt!!!

Ingredientes:
  • 410 gr de harina común
  • 1 sobre de polvos de hornear (16 gr)
  • 3/4 cucharadita de sal fina
  • 225 gr de mantequilla a temperatura ambiente
  • 340 gr de azúcar caster o blanquilla
  • 4 huevos M batidos ligeramente
  • 240 gr de leche
  • 1 cucharada de pasta de vainilla bourbon Nielsen-Massey
  • 1 vaina de vainilla bourbon
  • Azúcar glass para decorar
Fuente: Cómo se hace un bundt cake-El Rincón de Bea
Engrasar el molde muy bien, bien con mantequilla derretida o spray, repasamos todo el molde con una brocha en sentido ascendente, llegando a todos los recovecos.

A la hora de hacer un bundt cake es importante que tengan todos lo ingredientes pesados y dispuestos sobre la encimera por el orden que vamos a añadirlos, ya que una vez empezamos hay que actuar con rapidez.

Todos los ingredientes deben estar a temperatura ambiente.

Tamizamos la harina con los polvos de hornear y la sal. Reservamos.

En el caso de la mantequilla, debe estar a unos 20º. Si está más caliente se derretirá y si está más fría no se formaran las burbujas que le dan consistencia al bizcocho. Una forma de saberlo es presionando con la yema del dedo, debe quedar la marca y estar todavía un poco fría al tacto.

En la kitchenaid, con la pala, batimos el azúcar y la mantequilla durante unos cinco minutos, a velocidad media (5-6), paramos cuando lleve un par de minutos, repasamos los bordes con una espátula de silicona y continuamos batiendo. Una vez haya blanqueado y aumentado de volumen, estará lista, la notaremos esponjosa. No batir en exceso porque la mantequilla se derretirá y se romperán las burbujas de aire.
A velocidad baja (2), agregamos los huevos batidos de cuatro veces, no añadir el siguiente hasta que el anterior esté completamente integrado en la masa. Si añadiéramos los huevos fríos o de golpe podríamos cortar la mezcla de mantequilla y azúcar. Si les parece que al añadir el último huevo se ha cortado, no se preocupen, se recuperará cuando añadamos la harina.

Raspamos el interior de la vaina y la agregamos junto con la pasta de vainilla. A continuación, a velocidad baja (2) vamos a agregar la harina de tres veces y los líquidos (ya sea leche, buttermilk...) de dos, comenzando y terminando por la harina. Las proporciones son aproximadas, yo me ayudo de una cuchara grande para agregar la harina o la divido en tres cuencos, como lo vean mejor.

Esta forma de incorporación de los ingredientes es fundamental, porque si añadimos toda la harina de golpe, tendríamos que batir mucho tiempo para que se incorpore completamente, se formaría el gluten y obtendríamos un bizcocho correoso.

Empezamos por un tercio de harina, dejaremos que se integre, sin pasarnos, añadimos la mitad de la leche y dejamos que se integre, procedemos igual con otro tercio de harina, resto de leche y terminamos con el último tercio de harina. No batir en exceso, una vez todo incorporado, terminar de mezclar con una espátula de silicona, con movimientos suaves y envolventes, para unificar la mezcla.

Agregamos nuestra masa al molde por un lateral, dejando que vaya ocupando todo el fondo. Una vez esté toda la masa incorporada al molde, la distribuimos y con ayuda de una espátula de silicona aplanamos la superficie.

Para evitar que queden burbujas movemos suavemente el molde arriba y abajo, dando unos golpecitos sobre la encimera.
Ponemos el molde sobre la rejilla del horno precalentado a 175º, calor arriba y abajo. Horneamos durante aproximadamente 1 hora o hasta que al pinchar con una brocheta salga limpia. Yo empiezo a pinchar pasados unos 50 minutos, si es necesario giro el molde dentro del horno, ya que el fondo del horno calienta más y suele haber partes más hechas que otras.

Una vez hecho, colocamos el molde sobre una rejilla durante diez minutos exactos, ni uno más ni uno menos. Yo me ayudo de un temporizador.

Transcurrido este tiempo, veremos que se ha despegado un poco por los laterales, agitamos el molde suavemente, en varias direcciones, arriba y abajo, de derecha a izquierda, adelante y detrás, para ayudar a que se despegue el bizcocho, golpeamos suavemente el molde sobre un paño de cocina para que suelte del fondo. Cuando oigamos que se ha despegado, colocamos una rejilla y volteamos, dejamos enfriar completamente sobre ella.

Una vez que hayan hecho unos cuantos, verán que es más literatura que otra cosa, aunque a primera vista pueda parecerlo, llegará un momento que casi lo hagan de memoria.

¡¡Con lo que me gusta el chocolate, tengo que decirles que este bundt cake de vainilla pasa a ser uno de mis preferidos!!

¡¡Si no lo han probado, están tardando y cuando lo prueben sabrán de lo que les hablo!!

¡¡Absolutamente delicioso!!

¡¡¡A disfrutarlo!!!
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