Nunca había preparado repostería con calabaza, la verdad es que me dejaba un poco indiferente cuando leía recetas que la contenían, pero tengo que decir que ha sido un gran descubrimiento. Si no te dicen que la lleva ni te enteras porque no sabe especialmente a calabaza, pero le aporta a las recetas una textura muy jugosa.
Como aquí no consigo puré de calabaza embotado, preparé yo misma uno con una calabaza recolectada en el huerto de mi madre y que era tan grande que compartimos entre seis.
Estos días pasados con motivo de la fiesta de Halloween, encontré en Lidl una calabaza como las que utilizan los americanos para decorar, no tiene ni la carne ni el sabor de las grandes, pero queda muy bonita en las fotos.
Hay muchas formas de elaborar este puré, unos prefieren asar la calabaza en el horno, otros la cuecen al vapor y yo opté por el método más tradicional.
Cortar la calabaza en dados medianos, introducir en agua caliente y llevar a ebullición. Bajar el fuego a la mitad y pinchar de vez en cuando hasta que esté tierna, con cuidado de que no empiece a deshacerse.
Una vez cocida pasar a un escurridor para que suelte todo el líquido. Una vez completamente seca, triturar con una batidora hasta convertirlo en un puré. Yo hice bastante cantidad y la que me sobró del Bundt cake la congelé para otra ocasión.
A disfrutarla!!!
Una vez cocida pasar a un escurridor para que suelte todo el líquido. Una vez completamente seca, triturar con una batidora hasta convertirlo en un puré. Yo hice bastante cantidad y la que me sobró del Bundt cake la congelé para otra ocasión.
A disfrutarla!!!
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