No hace ni dos meses que publiqué estos molletes de Antequera, que si no los han visto les adelanto que están buenísimos. Al usar masa madre en esa receta resultan unos molletes más elaborados, con tiempos más largos durante el proceso, pero que a mi juicio merece la pena cada minuto empleado.
En esta ocasión les traigo unos molletes mucho más sencillos. No llevan masa madre sino levadura de panadero, por lo que las personas que no tengan la masa madre activa o simplemente no la usen también puedan hacer estos panes, porque a estas alturas ya sabemos lo que supone crear una masa madre y mantenerla.
Por otro lado, al no usarse harina de fuerza se desarrolla el gluten muy rápido por lo que el amasado también se simplifica muchísimo.
Además, es tan sencillo el proceso que no necesitas amasadora, se puede hacer en un bol perfectamente, eso si no te importa pringarte las manos, por este motivo a mí me resulta más práctico usarla.
Con ocasión del reto de este último lunes, de El lunes se amasa, en el que nos pedían masas andaluzas, he vuelto a publicar unos molletes, pero esta vez añadiendo tomate concentrado a la masa para aportarles color y sabor. La idea me vino de la forma habitual en la que se toman los molletes, que es con aceite, tomate y jamón, y me dije ¿qué tal quedarán si añado tomate a la masa? y el resultado no solo salta a la vista, sino que además se aprecia en el sabor, aunque no esperen un sabor muy marcado.
Esta receta de molletes es la que siempre uso cuando voy con prisas, que es la mayoría de las veces, y se me ha acabado el pan. Me resulta de lo más cómodo hacerlos y congelar para los desayunos de al menos dos semanas. Si no les apetece introducir tomate en la masa no pasa nada, solo tienen que agregar toda el agua de la receta, se los dejo indicado más abajo.
Si prefieren hacer esta receta con levadura seca de panadero, recuerden que la cantidad a usar deber ser tres veces menor que la fresca. Por ejemplo, por 6 g de levadura fresca, llevaría 2 g de levadura seca.Esta receta es originaria de Ibán Yarza, pero yo se la he tomado prestada a Guille, del blog No me comes nada.
¡¡Vamos con la receta!!
Ingredientes para 10 molletes de unos 100 g (aprox.):
Prefermento:
- 100 g de harina de trigo común
- 60 ml de agua
- 1 g de levadura fresca de panadero
Masa:
- Todo el prefermento
- 500 g de harina de trigo común
- 315 ml de agua (300 ml en caso de usar tomate concentrado)
- 20 g de manteca de cerdo o 20 ml de aceite de oliva suave
- 50 g de tomate concentrado
- 10 g de sal
- 5 g de levadura fresca de panadero
PREFERMENTO
Ponemos en un bol todos los ingredientes. Los mezclamos bien hasta que esté toda la harina integrada. Cubrimos con film transparente y lo dejamos reposar a temperatura ambiente de un día para otro o bien pueden hacerlo en el día, dejando que repose como mínimo 3 horas.
MASA
Si el prefermento lo han tenido toda la noche en la nevera, sacarlo y dejarlo a temperatura ambiente para que se atempere, al menos 15 minutos antes de empezar con la masa.
Cuando el prefermento esté listo, ponemos todos los ingredientes en un bol, en mi caso en el de la Kitchenaid. Si no usan tomate en la elaboración, añadir solo 300 ml de agua e ir añadiendo los 15 ml restantes poco a poco, según lo que demande la harina.Amasamos con el gancho a velocidad 1, unos 3 minutos, hasta que la masa esté uniforme.
Tapamos el bol con un paño y dejamos reposar 10 minutos.
Si lo hacen a mano proceder igual.
Pasado el tiempo de reposo hacemos la prueba de la membrana. Si no la supera, amasamos unos 3 minutos más y volvemos a dejar la masa en reposo 10 minutos. Repetir hasta que pase la prueba de la membrana
Una vez superada la prueba de la membrana, pasamos la masa a un bol engrasado. Tapamos con un paño o film transparente. La dejamos fermentar 1 hora y media-2 horas. Depende de la temperatura ambiente que tengan en su cocina. A más calor, la masa irá más rápido. Vigilar en todo momento. En mi caso estuvo 1 hora y cuarto a 23º-24º.
Cuando la masa haya doblado su volumen la pasamos a la encimera enharinada.
Pesamos la masa al completo y dividimos en 10-12 piezas. En mi caso salieron 10 piezas de unos 100 gramos.
Desgasificamos una de las piezas con las yemas de los dedos, llevamos todas las puntas al centro para formar una bola. Le damos la vuelta para que la unión quede en la parte inferior y boleamos. Hacemos lo mismo con el resto, las cubrimos con un paño y dejamos reposar 15 minutos.
Preparamos una bandeja o dos con papel de hornear. Reservamos.Pasado el tiempo de reposo, tomamos una de las bolas, primero la aplastamos ligeramente sobre la encimera, luego la tomamos en la mano y la vamos girando en el aire a la vez que la estiramos suavemente para formar un bollo alargado. Lo colocamos en la bandeja. Hacer lo mismo con el resto. Espolvoreamos harina por encima de todos los bollos.
Tapamos la/s bandeja/s con un paño y dejamos fermentar durante 1 hora a temperatura ambiente o hasta que los vean hinchados y blanditos. No apurarse en este momento, es mejor que se pasen un poco de fermentación que se queden cortos, porque no queremos que greñen en el horno, queremos unos molletes bien lisos.
Precalentar el horno a 200º, calor arriba y abajo, unos 20 minutos antes de finalizar la fermentación.
Horneamos en la posición central del horno durante 10 minutos.
Los pasamos a una rejilla y dejamos enfriar.
Yo suelo abrir todos los molletes, los pongo dentro de una o varias bolsas de cierre hermético y los congelo. Cada vez que necesito uno va directo a la tostadora, no muy fuerte para que no se doren en exceso, solo que se descongelen y tomen un poquito de color, quedan perfectos para tomar como más gusten.
A mí particularmente, como más me gustan es con tomate rallado, jamón y aceite, o sin tomate, pero los he tomado con fiambres o embutidos y tan ricos que están.
No dejen de hacerlos, les van a encantar.
¡¡A disfrutarlos!!
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