Shortbread o galletas escocesas

Adoro este tipo de galletas, con ese sabor intenso a mantequilla, son puro vicio y mejor tenerlas a buen recaudo para no comerlas de una sentada, casi mejor hacerlas para una ocasión en que tengamos invitados, quedaremos como reinas con nuestras galletas caseras y así no tendremos el peligro acechando en la despensa.

Había intentado hacerlas en dos ocasiones, con malos resultados, se me rompían y no había manera de conseguir una foto, pero con esta receta han quedado geniales y por fin he podido lucir mi molde de nordic ware especial para estas galletas.

La receta es muy sencilla, el truco para que salgan bien es evitar tocar la masa todo lo posible, sobre todo si tienes las manos calientes como yo. Yo las he hecho con un robot de cocina, pero si no tienes puedes utilizar unos cuchillos para mezclar la masa. 

Además, en el momento de pasar la masa a la encimera, es mejor ponerla sobre film transparente y unir/amasar ligeramente con ayuda del film, así no transmitiremos calor a la masa.

Estos trucos se los vi a una repostera en un programa de televisión.

Sin más vamos a por la receta:

• 250 gr de mantequilla sin sal bien fría cortada en dados (mejor de buena calidad)
• 85 gr de azúcar blanco
• 330 gr de harina simple
• 1/4 cucharadita de sal

Fuente: Mis dulces joyas

Pesamos y ponemos todos los ingredientes en el vaso del robot de cuchillas y molemos ligeramente. Tiene que quedar como si fueran migas.

En caso de hacerlo manualmente, como decía, pones todos los ingredientes en un bol, con ayuda de dos cuchillos trabajamos la masa hasta conseguir una mezcla granulosa.

Si eres de manos frías no hay problema, trabaja todos los ingredientes desmenuzando con las yemas de los dedos, sin amasar, hasta obtener una mezcla granulosa.

Pasamos la masa a la encimera, preferentemente una superficie fría o sobre el film, si lo haces con las manos "amasamos" sólo un minuto, sólo hay que unir los ingredientes; si te ayudas del film, vamos uniendo todos los ingredientes siendo el film el que está en contacto con la masa, primero de un lado y luego de otro hasta formar una bola. En ambos casos, una vez compactada la masa la envolvemos con film transparente y llevamos a la nevera durante media hora.

Precalentamos el horno a 160º.

Una vez transcurrida la media hora, sacamos la masa de la nevera y colocamos en un molde de 23 cm de diámetro, aplanamos la masa con la parte posterior de una cuchara y extendemos por la base del molde.

No hace falta engrasar el molde ya que la masa lleva bastante grasa.

Pinchamos con un tenedor por toda la superficie y horneamos entre 50-60 minutos. Puede llevar un poco más de horno, según cada horno. En mi caso estuvo 1 hora y cuarto.

No tiene que coger color, en caso que veas que se está dorando muy rápido, abre la puerta unos minutos y baja la temperatura del horno. En mi caso no hizo falta, ya que estuvo más tiempo y aún así no tomó color. La masa puede despistar porque al tacto sigue estando un poco blanda al salir del horno, pero cuando se enfríe se endurecerá. También puedes dejarlas dentro del horno, con éste apagado hasta que sequen completamente.

Cuando haya transcurrido el tiempo indicado, sacamos el molde a una rejilla, cortamos en triángulos si el molde es redondo o en cuadrados como en mi caso. En caso de utilizar un molde normal espolvoreamos azúcar por toda la superficie. En mi caso no le puse azúcar porque mi molde tenía la cara por la parte inferior.

Dejamos enfriar completamente dentro del molde.

Y ya las tenemos listas para disfrutarlas con un te o un café.

Absolutamente irresistibles!!!