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Mejillones a la marinera con tomate

La verdad es que no sé por qué esta receta aún no estaba en el blog. Es un plato que nos gusta mucho y hacemos en cualquier época del año. Hay muchas versiones, esta que les traigo es la que nos gusta a nosotros.

Es muy sencilla de preparar y en un momento te das un homenaje y si ya lo acompañas con un buen pan ca para mojar en esta rica salsa disfrutarás de lo lindo. 

Por supuesto, como siempre digo, utilicen productos de buena calidad, el resultado varía muchísimo, aunque se puede hacer con mejillones congelados, con los frescos queda mucho mejor y si pueden, compren mejillones gallegos, tienen una calidad brutal y un sabor único.

El mejillón aporta gran cantidad de proteínas y un bajo contenido en grasas totales y saturadas, por lo que es un alimento que cuida nuestro corazón y aporta fibra a nuestra dieta.

Además, al ser un producto económico podemos incluirlo en nuestra alimentación sin dejarnos el bolsillo. Hay muchísimas recetas para hacer con este producto tan maravilloso, como por ejemplo estos mejillones en salsa brava, esta zarzuela de mariscos o esta pizza de marisco, que tengo en el blog y además en paellas, a la vinagreta, etc...

¡¡Vamos con la receta!!

Ingredientes para dos personas:

  • 1 kg de mejillones
  • AOVE
  • 1 cebolla grande
  • 2 dientes de ajo
  • 1 pimiento rojo mediano
  • 1 cayena (opcional)
  • 1 hoja de laurel
  • 1 cucharadita de pimentón
  • 2 tomates maduros grandes
  • Sal gruesa
  • Medio vaso de vino blanco
  • Perejil picado para decorar

Para cocinar los mejillones:
  • 1/4 de cebolla
  • 1 ramita de perejil
  • 1 hoja de laurel
  • Unos granos de pimienta negra
Trocear la cebolla, el pimiento rojo y picar los ajos. Los agregamos a una cazuela baja con un poco de aceite. Agregar la cayena y el laurel y pochar a fuego bajo.

Agregamos el pimentón en un hueco, lo tostamos un par de segundos y removemos para integrar con el resto.


Rallamos el tomate con un rallador, lo añadimos a la cazuela y agregamos un puñadito de sal. Remover y a los 5 minutos añadimos el vino blanco, subimos el fuego a tope para que hierva y se evapore el alcohol. Cocinamos a fuego bajo durante 30 minutos más o menos. Mientras se está cocinado solemos aplastar la salsa con un prensador de papas, así deshacemos la verdura porque no nos gusta triturada.

Mientras se está haciendo la salsa limpiamos los mejillones, procurando quitar todas las barbas, desechar los que estén abiertos.

Para cocinar los mejillones utilizo una vaporera, si no tienes puedes hacerlo en una cazuela baja de la misma manera.

Añadimos agua a la cazuela inferior de la vaporera, unos cuatro dedos de altura. Agregamos al agua un trocito de cebolla, una ramita de perejil, una hoja de laurel y unos granos de pimienta negra. Colocamos los mejillones en la cazuela superior, tapamos y cocinamos a fuego alto unos minutos. 


A medida que se van abriendo los mejillones los pasamos a un plato. Quitamos la concha vacía y metemos los mejillones con su concha en la salsa. Una vez los tengamos todos dentro de la salsa subimos el fuego y le damos un pequeño hervor, moviendo la cazuela para que la salsa llegue a todos.

Apagamos el fuego, espolvoreamos el perejil picado y listos para servir.

Preparen el pan porque este plato es de mucho mojar. 

Quedan exquisitos y esta salsa es una auténtica delicia, la comería a cucharadas. 

¡¡Sírvanse una copa de vino blanco bien frío y a disfrutarlos!!

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