Polos de mango

Por fin utilizo la polera que llevaba casi un año guardada; ella esperaba pacientemente a ser estrenada y como a todo, le ha llegado su turno. Si los objetos hablaran, estoy segura que cada vez que buscaba algo en el  mueble me decía ¡¡¡escógeme a mí, a mí!!! Claro que si yo pudiera escucharlos le habría dicho que no era nada personal, que es muy bonita, con unas líneas divinas, sólo que tenía a su alrededor demasiados competidores. Porque me gusta a rabiar y porque la mandé a buscar desde lejos, hoy se merece un reconocimiento especial y ser la protagonista.
En el reparto y como segundo protagonista está el mango. Una fruta que me encanta por su color y sabor, aunque si bien no soy de comerlo solo, no me pregunten por qué, lo cierto es que en helados o polos me encanta.
Es una fruta fantástica, con un poder antioxidante enorme debido al alto porcentaje de Vitamina A y C y con una lista larga de buenísimas propiedades. Así que mientras disfrutamos con uno de estos polos estamos aumentando el porcentaje de vitamina en nuestro cuerpo.
Son tan sencillos de preparar que pronto verán aparecer otras variedades por aquí y la hermosa polera estará feliz.
Esta receta la tomé del blog de Pam, de Uno de Dos, concretamente de su recetario de verano, una revista con muchas variedades de helado y a cual mejor.
Para hacer un buen polo de frutas ya saben que es primordial que la fruta esté en su mejor momento de maduración.
Esto es lo que necesitaremos para unos 10 polos, según el tamaño de la polera:

• 900 gr de mango pelado y sin hueso
• 180 gr de azúcar
• 180 ml de agua
• Zumo de 1 limón
• Una pizca de sal

Preparamos un almíbar con el agua y el azúcar. Cuando llegue a ebullición lo dejamos un par de minutos hasta que obtengamos un almíbar ligero. Retiramos del fuego y dejamos enfriar completamente.
Mientras tanto, pelamos los mangos, retiramos la pipa y pesamos la cantidad indicada en la receta.
Introducimos el mango junto con el zumo de limón y la sal en el vaso de la batidora, trituramos, añadimos el almíbar frío y trituramos un poco más, sólo para que se mezcle.
Pasamos el puré obtenido a una polera, en caso de que no tengan pueden utilizar vasos de papel o metálicos.
Congelamos al menos cuatro horas.
Para desmoldar, mojar el recipiente con agua templada para facilitar la extracción del polo.
Sólo resta sentarnos y saborear despacio este polo tan cremoso, a la vez que refrescante!!
Una vez probados los polos caseros, costará comprarlos y no pensar cuántas cosas llevarán además de fruta!!!
A disfrutarlos!!!