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Cabrito o baifo embarrado al estilo canario

Sin duda este plato tan sabroso es uno de los más tradicionales de nuestra gastronomía y si utilizas buena materia prima, el éxito está garantizado. Se puede preparar tanto al horno como al fuego y de muchas maneras como al ajillo, en salsa o embarrado como se los traigo hoy.

El cabrito o baifo, como lo llamamos nosotros, es la cría de la cabra hasta que deja de mamar. El macho o baifo es el que se mata para comer, ya que a las hembras o baifitas se las reserva para criar.

A las baifitas era costumbre ponerles un lazo rojo al cuello. De niña pensaba que era para que estuviesen más guapas, pero un día mi abuelo me dijo que era para protegerlas, que al ser tan bonitas y pizpiretas, alguien podía hacerles mal de ojo. Mi abuela no creía en eso y se enfadaba con mi abuelo, pero a mí nunca, nunca, se me olvidará aquel día.

La palabra "baifo" está tan arraigada en nuestras costumbres, que para nosotros no solo es un animal, sino que también forma parte de una expresión. No sé de dónde procede, puede ser debido a lo inquietos que son los baifos, pero con mucha frecuencia solemos decir "se me fue el baifo", refiriéndonos a que algo se nos ha olvidado decir o hacer. Es una expresión tan canaria que no la oirás en otra parte. Con los años se me va el baifo de vez en cuando :)
El embarrado es una pasta que se prepara en el mortero o en el almirez (cómo me gusta esta palabra) y con ella se unta la carne y se deja macerar, cuanto más tiempo mejor. El embarrado está tan bueno que te lo comerías mojando pan.

Esta receta se la he visto hacer a mi madre desde que tengo uso de razón y tenía que estar en el blog si o si. Como siempre que hago una receta de mi madre, le doy una pequeña vuelta y añado algunas cosas que van más conmigo, como es la cayena o el vino tinto, ya que ella siempre ha usado vino blanco. Yo prefiero usar vino tinto porque me gusta el color que le aporta a la carne.

Esta carne es fuerte, pero tremendamente exquisita y es un gustazo comerla con las manos. Está tan buena que ni te importarán los churretes que te caen mientras la comes.

Es un plato muy sencillo de preparar y puedes hacerlo con antelación. Como todos los guisos, está mejor de un día para otro.

Aunque hoy en día lo tomamos en cualquier momento del año, en casa era tradición prepararlo para Navidad, así que vamos a vestirlo más elegante que la ocasión lo merece.
¡¡Vamos con la receta!!

Ingredientes:
  • 1.500 kg cabrito fresco, limpio y troceado
  • 8 dientes de ajos
  • 1 o 2 cayenas (opcional)
  • 1 cucharada de comino en grano
  • 1/2 ramillete de perejil fresco
  • 2 cucharadas de pimentón dulce
  • Sal gruesa
  • Vinagre de vino
  • Aceite de oliva virgen extra
  • 2 hojas de laurel
  • 3 ramitas de tomillo fresco o seco
  • 500 ml de vino tinto
  • Papas
  • 2 dientes de ajo
Limpiar bien el cabrito, retirando el exceso de grasa si la tuviera. Si te lo hace el carnicero, tiempo que te ahorras, aunque siempre termines de retirar en casa alguna grasa que no quieras.

La noche anterior preparamos el adobo, ya que debe reposar al menos 12 horas.

Ponemos en un mortero los dientes de ajo sin el germen, las cayenas, el comino, el perejil troceado, el pimentón y un puñadito de sal gruesa. Machacamos hasta obtener una pasta. Agregamos 5 cucharadas de aceite, 1 cucharada de vinagre y removemos. Añadimos el tomillo y el laurel y removemos nuevamente.

Nos ponemos unos guantes de tirar para evitar que se nos queden las manos pringadas y distribuimos el adobo por todo el cabrito, procurando que se impregne por todos lados. Lo ponemos en un recipiente tapado y dejamos en la nevera hasta el día siguiente.
Sacamos el cabrito de la nevera al menos con media hora de antelación y le damos unas vueltas para que se distribuya el adobo.

Freímos el cabrito en aceite por tandas. Según se vaya dorando lo pasamos a un caldero grande y hondo.

Agregamos al caldero el resto del adobo que haya quedado en el recipiente.

Ponemos el caldero a fuego alto y agregamos el vino. Una vez rompa a hervir dejamos unos minutos para que evapore el alcohol. Bajamos el fuego al mínimo y dejamos cocer durante 45-60 minutos. La carne tiene que estar bien tierna.

Una vez pasado el tiempo de cocción, puedes sacar el cabrito a una bandeja y subir el fuego para reducir un poco la salsa. Luego devolvemos el cabrito al caldero.

Freímos papas cortadas en cubos con unos dientes de ajo.

Emplatar y acompañar de un buen vino. No te olvides del pan, la salsa está tan rica que no puede quedar en el plato.

 ¡¡A disfrutarlo!!

¡¡Les deseo una Feliz Navidad!!

11 comentarios:

  1. este lo probé en mi viaje a Canarias, la verdad es que nos encantó!!

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    1. Entonces tendrás buen recuerdo, porque este plato es sabroso a rabiar.
      Un besote grande!!

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  2. Uummmmmmmmmm seguro que ese cabrito al estilo canario estaba para ponerle un piso ,te ha quedado de relujo.
    Te deseo una feliz Nochebuena y Navidad que la felicidad el amor y la salud sea participe en vuestra fiesta.
    Bicos mil wapa.

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    1. Mira a que horas vengo a contestarte, me está costando ponerme las pilas con el blog, ufff!!!
      Es un plato delicioso, con mucho carácter, pero si te gusta te chupas los dedos bien a gusto.
      Besos guapa

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  3. Me encanta la receta, la carne con ese adobo debe estar muy buena. Las recetas de nuestras madres tienen que difundirse...
    Feliz Navidad y Feliz Año, muaak

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    1. Di que sí, no podemos permitir que estas recetas caigan en el olvido.
      El adobo es una delicia y el conjunto ni te cuento, para chuparse los dedos.
      Besos guapa

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  4. Que combinación más rica. Con esta receta se toca el cielo, un beset

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    1. Y tanto que se toca, queda tan buena la carne y con un sabor increíble. Un plato en su conjunto de lo más sabroso.
      Me alegra que te guste.
      Besos

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  5. Gracias por la información, he recogido
    los detalles que me faltaban. 🥂

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  6. Lo he comido en la bodega de Santiago en Yaiza y me gustó mucho, muy tierno. El cochinillo negro no me gusto

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    1. Es un plato muy nuestro y está riquísimo, tiene un sabor espectacular. No he probado el cochinillo negro aún.
      Besos

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