Pimientos del Piquillo rellenos de bacalao

El otro día me llevé una sorpresa enorme al encontrarme en el supermercado con unos hermosos pimientos del piquillo frescos, por supuesto con la denominación de origen de Lodosa. Hasta ahora no los había visto, así que no podía dejarlos pasar y me llevé dos paquetes. Si ya son buenos los que compras envasados, eso sí de buena calidad, me podía imaginar cómo estarían al hacerlos en casa, del horno directamente a la mesa!!

Como otros tantos alimentos, los pimientos no me gustaban de pequeña, pero ahora me gustan tanto que desde hace bastante tiempo los preparo en casa y envaso para tenerlos siempre a mano (pueden verlos aquí), tanto en unas tostas o en una ensalada hoy en día son indispensables para mí y desde luego no hay color con los comprados, que más de una vez al abrir un bote me he llevado el disgusto de que estén pasados.

Normalmente los hago con pimientos rojos normales, así que para ver cómo se asaban este tipo de pimientos que son más delicados, me fui a san google y me encontré con un post genial de Carlos Dube de Mercado Calabajio, que me vino genial, así que ya no hacía falta buscar más porque sus recetas son 100% fiables!!

Son muy sencillos de asar y de rellenar. Aunque parezcan un poco trabajosos, con un poco de paciencia nos daremos un buen homenaje.

Para asarlos:

• 16 pimientos del piquillo
• Aceite
• Sal

Precalentamos el horno a 220º.

Untamos la bandeja del horno con un poco de aceite. Lavamos, secamos los pimientos y los colocamos en la bandeja. Los pincelamos con un poco de aceite, salamos y llevamos al horno por 15 minutos, no más porque son muy delicados y se romperían al pelarlos.

Cortamos los pimiento en línea recta lo más cerca del tallo, para que queden todos uniforme, quitamos las semillas, las pieles y pasamos a un plato. Reservamos hasta que los vayamos a rellenar. 

En caso de que simplemente los quieran guardar para consumir de otra manera, los introduces en botes esterilizados, cubres de aceite y conservas en la nevera.

Para el relleno:

• 1 paquete de migas de bacalao de 300 gr aproximadamente
• 1 cebolla
• 1 diente de ajo grande
• 1 cucharada de harina
• 2 vasos de leche
• Sal (con moderación, teniendo en cuenta el punto de sal del bacalao)
• Pimienta molida
• Nuez moscada molida
• Harina
• 2 huevos 

Previamente habrá que desalar el bacalao si no lo está. Durante las 24 horas anteriores hacemos tres o cuatro cambios de agua.

Ponemos aceite en una sartén para pochar la cebolla y el ajo bien picaditos. Cuando estén bien hechos, añadimos el bacalao bien escurrido y picado muy fino. Removemos hasta que esté cocinado, añadimos la harina, rehogamos con el resto, añadimos la leche, la sal en caso de necesitarla, pimienta y nuez moscada. Removemos hasta que quede una consistencia más bien espesa, pero cremosa. Recuerda que al enfriar siempre espesa más.

Ponemos la mezcla en una manga pastelera y rellenamos los pimientos casi hasta el borde.

Pasamos uno a uno por harina, sellando bien por todos los lados, especialmente por aquellos que puedan tener una grieta para que no se salga el relleno, pasamos por el huevo batido y freímos, vuelta y vuelta, sacar rápidamente, pasar a una fuente con papel absorbente y reservar.

Para la salsa:

• Aceite
• 1 cebolla
• 1 diente de ajo
• 1 hoja de laurel (opcional)
• 1 cayena (opcional)
• Pimientos asados en tiras (podemos aprovechar de los que hemos asado y se puedan haber roto)
• 1 cucharada de harina
• Sal (con moderación teniendo en cuenta el punto del bacalao)
• 1 cucharadita de pimentón de la vera 
• 1/2 vaso de vino blanco
• 1 vaso de agua aproximadamente
• 1 cucharadita de azúcar (opcional)
• Perejil picado para decorar

Ponemos una sartén con un poco de aceite a fuego medio, pochamos la cebolla y el ajo picados, no hace falta que se pique pequeño porque luego se va a triturar. Añadir la cayena y el laurel, a continuación los pimientos y rehogamos.

Agregamos la harina y removemos para que se dore un poco. Añadimos la sal, el pimentón y el vino blanco, subimos el fuego, damos un hervor para que se evapore el alcohol, añadimos el agua y mantenemos a fuego alto unos cinco minutos, hasta que reduzca un poco. Retiramos la hoja de laurel y la guindilla, en caso de que no les guste muy picante y trituramos en el vaso de la batidora. Pasamos la salsa a una cazuela, comprobamos la consistencia por si fuese necesario añadir un poco más de agua hasta obtener una salsa cremosa. Rectificamos de sal o azúcar si está muy ácida. Pasamos los pimientos a la cazuela, damos un ligero hervor y presentamos con un poco de perejil espolvoreado.

También pueden hornearlos durante 10 minutos a 180º o agregar queso si quieren gratinarlos, pero eso lo dejo a tu elección. A mí particularmente me gustan así.

Si les sobra, congelan perfectamente.

Ahora sólo que disfrutarlos con una buena copa de vino que nos lo hemos merecido!!