Trifle de tarta de piña

Un mes más volvemos con el reto "dale1vueltaa". Ya saben que es un reto que los bloggers de Gran Canaria publicamos el día 15 de cada mes, que consiste en darle la vuelta a un postre tradicional. Este mes la anfitriona nos propone una vuelta a nuestra infancia/juventud.

Bendita memoria, tan solo hacer una pequeña regresión al pasado y sobre la marcha me ha venido a la cabeza esta tarta de piña. Hacía tantos años que no la comía que no dudé ni un segundo en que sería mi propuesta para el reto. Qué recuerdos tan bonitos, veo a mi madre haciendo esta tarta a la vez que me veo robándole trocitos de piña o metiendo el dedo en la nata, ainssss...

Es una tarta que mi madre hacía con frecuencia. Es contundente, sale bastante cantidad y es perfecta para ofrecer un postre diferente cuando tienes tantos hijos. No era fácil para ella, 7 hijos comen mucho, pero siempre hacía su magia y nunca faltaba el postre en casa, ya fuera zumo de tomate, natillas, arroz con leche, flan o esta tarta. Otra tarta que hacía para los cumpleaños era la tarta de galletas y chocolate que nos encantaba y todavía no la tengo en el blog, tarde o temprano tendrá aquí su lugar.

Les cuento cómo hacía mi madre esta tarta y como la he montado yo para darle un acabado diferente. Es bien sencilla y con ingredientes muy comunes, como nata, leche condensada, piña y bizcochos. Ella usaba un pirex rectangular y yo he usado una copa baja y ancha, con las cantidades indicadas salen tres copas más o menos. Es una tarta que aguanta varios días en la nevera sin problema, eso si no la comen antes.

La nata que se utiliza para esta tarta se llama Ermol, es una nata vegetal que aquí es de lo más común, recuerdo verla desde niña. En cuanto a los bizcochos, son los alargados con azúcar que usamos también para el tiramisú.

Recomiendo hacer esta tarta un día antes de comerla, cuanto más fría esté mucho mejor.

No se pierdan las propuestas de mis compañeros de reto:

Déborah, del blog Mi toque en la cocina

Cristina, del blog Edana Cuenta

Irmina, del blog El zurrón de los postres

Victoria, del blog De flores comestibles

Esther, del blog Repostería con emoción

¡¡Vamos con la receta!!

Ingredientes:

• 1 lata de nata Ermol
• 1 lata de leche condensada
• 1 paquete de bizcochos
• 1 lata de piña en su jugo o en almíbar

En primer lugar mezclamos la nata con la leche condensada. Esta nata es muy espesa y hay que tener paciencia para deshacer los grumos.

Ponemos la piña en un plato y ponemos el jugo o almíbar en un cuenco.

En una fuente rectangular o cuadrada colocamos una capa de crema, mojamos los bizcochos en el jugo o almíbar y colocamos en la fuente, rellenamos las esquinas con pedacitos pequeños. Cubrimos con crema y distribuimos trozos de piña.

Ponemos otra capa de bizcochos, otra de crema y otra de piña troceada. Así sucesivamente hasta llegar al borde. La última capa será de nata y decoramos con piña troceada o entera.

Para salir del formato tradicional yo las he presentado en copas como la de la imagen. Con estas cantidades salen tres o cuatro copas, dependiendo del tamaño que tengan. 

Corté los bizcochos en dos (en la base los corté más pequeños) y los coloqué en la copa poniendo los bordes hacia fuera para que quedara más bonita, aunque luego la nata los cubre prácticamente.

Este montaje es tan sencillo como el anterior, capas de cada ingrediente hasta llegar arriba. 

Terminamos con nata y decoramos con trozos de piña.

Lo metemos en la nevera hasta que vayamos a comerla. Como dije anteriormente, está mucho más rica si la haces con un día de antelación. 

¡¡A disfrutarla!!